RECUPERACIÓN DE CIRUGÍA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR (LCA)
En Osasun Sport Clinic entendemos que la Fisioterapia y la Osteopatía personalizada deben combinarse con ejercicio terapéutico para consolidar la recuperación de un paciente.
Por ello, afrontamos la rehabilitación con un equipo multidisciplinar de Fisioterapeutas, Readaptadores Físicos y Entrenadores personales.
Qué es el LCA y su función
El ligamento cruzado anterior (LCA) es uno de los cuatro ligamentos principales de la rodilla. Su función es evitar el desplazamiento anterior de la tibia respecto al fémur y controlar la hiperextensión y la rotación interna.
Las rupturas de este ligamento son frecuentes al realizar actividades físicas agresivas, especialmente en deportes que requieren “pivotaje”, como es el caso del fútbol, el básquet, el esquí… La lesión de LCA puede darse en la caída tras realizar un salto o al realizar un cambio de dirección.
Su lesión es más habitual en mujeres debido a cuestiones anatómicas como la amplitud de la pelvis, y el valgo de rodilla. Otros factores de riesgo pueden ser la falta de control en la sobrepronación del pie, una mala dorsiflexión del tobillo, o un falta de control en la estabilidad de la rodilla.
Tipos de lesiones: rotura total, rotura parcial y distensión
Combinamos la Fisioterapia–Osteopatía y el trabajo de recuperación activa con el readaptador físico y el entrenador personal.
Especializados en la rehabilitación de lesiones deportivas de deportistas profesionales y amateurs.
- Distensión: aunque el ligamento esté afectado, podrá mantener su función de estabilización de la rodilla.
- Rotura parcial: el ligamento se rompe parcialmente. Normalmente se podrá regenerar con rehabilitación que refuerce la musculatura.
- Rotura total: el ligamento se rompe por completo, lo que causa la desestabilización de la rodilla, requiriendo una operación para su reconstrucción. La operación no es totalmente necesaria en algunos pacientes que realicen poca actividad física, quienes podrán llevar una vida normal sin este ligamento tras una rehabilitación de fortalecimiento muscular.
Recuperación (sin cirugía)
En la fase aguda se producirá la inflamación fisiológica, tanto si el ligamento está roto o parcialmente roto.
Habrá que realizar pruebas de imagen tipo Resonancia Magnética Nuclear (RMN) para comprobar el alcance de la lesión .
Una vez realizado ese paso se procederá a elegir el tratamiento más conveniente. Si el LCA está parcialmente roto y no se practica ningún tipo de deporte puede bastar con hacer tratamiento conservador para eliminar las molestias originadas.
Si por otro lado, el alcance es mayor (rotura completa), habrá que plantearse la cirugía.
En este último caso, el doctor que lleve a cabo la cirugía, será el encargado de decidir qué tipo de intervención será la adecuada y cómo proceder a la selección de la plastia del ligamento.
Recuperación post-operatoria
Lo habitual es que en las 2 primeras semanas el paciente permanezca en reposo tomando antiinflamatorios y poniéndose frío 3 veces al día durante 20 minutos. Para poder caminar en casa o pequeños pasos deberá utilizar ayuda de 2 muletas.
Lo más normal es comenzar la rehabilitación después de las 2 primeras semanas de la cirugía, sin embargo, a los pocos días de la cirugía ya se pueden empezar a realizar ejercicios para el glúteo medio, y motor imagery para ir estimulando la musculatura flexora y extensora de la rodilla, y acelerar de esta forma los procesos de readaptación.
EL TRATAMIENTO BÁSICO CONSISTE EN:
- Se comenzará con un tratamiento de la cicatriz
- Se podrá realizar, con ayuda del fisioterapeuta, ejercicios de fortalecimiento de cuádriceps (ya que se atrofia muy rápidamente)
- Ejercicios de flexibilización de isquiotibiales protegiendo la plastia de la extensión completa.
- Trabajo del arco articular con ejercicios de flexión y extensión de rodilla forzando poco a poco.
- Lo más importante es conseguir la extensión completa de rodilla, más prioritario que la flexión, aunque esta también sea necesaria.
MÁS ADELANTE SEGUIREMOS CON:
- Reeducación de la marcha con muletas hasta alcanzar el apoyo del peso corporal total hacia la quinta o sexta semana (muy importante la función de los glúteos).
- Potenciación de cuádriceps, músculos de la cadera e isquiotibiales
- Ejercicios de propiocepción para dar estabilidad a la rodilla.
El fisioterapeuta podrá aplicar técnicas como: vendaje neuromuscular, ultrasonidos, cinesiterapia y masajes para acelerar la recuperación.